Un cubano jaranea con la que llama su «piscina privada» en medio de una calle de La Habana. Se trata de una enorme fuga de agua que le permite refrescarse en las calurosas tardes caribeñas.

«Un magnífico día en la piscina. Gracias a Dios por estos momentos únicos», publicó en Facebook, junto con un vídeo que suscitó comentarios ingeniosos de sus amigos.

Afirma que «no quiere que haya más nadie» porque su piscina es privada, y que pronto se bañará con unos amigos y unas cervezas en la piscina, que está rodeada de cintas de seguridad. «Aquí se está tan bien, que me ha costado mucho tumbar todo esto», bromea entre risas.

En la publicación de Facebook no está claro dónde se encuentra la fuga, pero el joven llamado Frank dice que vive en Guanabacoa. En el vídeo, le llama la atención la profundidad del agujero y la claridad del agua, que al parecer procede de una tubería rota.
La situación, que a muchos les resulta divertida, es un reflejo de la vida cotidiana en la capital del país, donde las fugas y los baches han aumentado considerablemente en los últimos años, provocando escasez de agua en algunas zonas y accidentes mortales.

El año pasado, Antonio Rodríguez, del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), dijo que los mayores problemas de abastecimiento de agua del país estaban en La Habana, donde el número de fugas se había triplicado en comparación con años anteriores.

«En La Habana, trabajábamos con una media de 750 u 800 fugas, y ahora hay 3.500», dijo a un programa de noticias.

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